El sillín de bicicleta es dañino para la salud.
No sólo para los hombres, sino también para las mujeres.
Así lo demostraron dos rigurosos estudios
científicos. Aunque el que estudiaba su efecto en las mujeres proponía como
solución levantar el manubrio, estableció como certeza algo que parece muy
lógico y de sentido común: que no es buena idea apoyar el peso del cuerpo en
una zona delicada que no fue hecha para eso.
El estudio hecho en hombres era aún más dramático,
incluso en su titulo se hablaba de salvar el pene. El problema es que, sentado
sobre el sillín, una parte del peso del cuerpo se apoya sobre la zona perineal;
y eso, a la larga, trae sus problemas; y ante esos problemas, este estudio
propuso una solución más radical: cortar la nariz al sillín.
Bueno en realidad ya venían sin nariz; algunos
se fabricaban así desde hacía tiempo y por una buena razón. El último estudio
demostró que cuando se usa un sillín sin nariz, la presión perineal disminuye
en un 66%. De los noventa hombres que participaron en el estudio, sólo tres
dejaron de usar éste tipo de sillín y eso porque se les rompió; lo que después
de seis meses, es un excelente indicador de resistencia, si se considera que
eran todos policías cargados con su correspondiente equipo, por lo que en
promedio pesaban 98 Kg. Además, de esos tres, sólo uno quería volver al sillín
tradicional.
Puede que el ciclista promedio no note la
diferencia, y eso se debe principalmente a dos factores: primero, no han usado el
sillín mejorado; y segundo, no pesan casi cien kilos. Para alguien que está en
ese rango de peso, es muy doloroso pedalear un promedio de 50 kilómetros
semanales; lo que viene siendo trasladarse diariamente cinco kilómetros ida y
vuelta al trabajo. Y aunque no es mucha distancia, es un ritmo que no puede
mantenerse por más de dos meses o habrá problemas, y graves.
Volviendo al ciclista promedio, puede que el
sillín normal no le cause dolor, pero aún así, sigue sentado en la forma
incorrecta. Puede que haya habido muchos adelantos en el diseño y los
materiales, pero todos parten de la misma idea, una silla para montar caballos.
De ahí fue que derivaron todos los tipos de sillín que actualmente se usan.
Hace un siglo, se adaptó algo que ya existía, para usarlo en un nuevo invento;
siempre ocurre lo mismo, pero lo que en realidad necesitamos es algo ideado a
partir de cero.
Entonces ¿por qué se
sigue usando el sillín común?
Básicamente por costumbre. La primera vez que
vi un sillín sin nariz, me pareció algo antinatural, una insolencia contra la
tradición. También existe la aprensión de que se desvíe el peso hacia adelante,
causando problemas a las manos o a las muñecas; o que uno se deslice del
sillín, golpeándose con el tubo transversal de la bicicleta, lo que no sería
agradable. Además está el asunto del precio.
El estudio anteriormente citado encontró que
efectivamente se produce un aumento en la presión de las manos, pero fue
insignificante y no creó ni aumentó ningún tipo de problema. Tampoco, en los seis
meses que duró el estudio, ningún policía se golpeó contra el tubo superior; y
sabemos que eso ocurre con los sillines comunes.
En cuanto al precio,
es alto. Por su diseño necesita estar hecho de buenos materiales, por lo que no
hay de los baratos. Se fabrican muy pocos y eso hace subir el precio, que va de
70 a 150 dólares en internet, y puede que esa sea la única forma de adquirirlo;
por ejemplo, en ninguna parte en mi país es posible comprar uno, ninguna. Sin
embargo sabemos que a medida que se hacen populares, se hacen más baratos. Hay
que aferrarse a esa esperanza.
Soy ciclista de toda la vida, pero en la actualidad tengo hiperplaxia protástica benigna (próstata agrandada), y estaba a punto de dejar de montar cuando me he enterado de la existencia de unos sillines sin nariz de diversos modelos, que parece que solucionan de manera importante el problema con la presión del perineo y de toda la zona.Así que me gustaría saber donde informarme, para comprar en su caso un o de estos sillines.
ResponderEliminarVenden muchos en eBay, busquen por Easyseat.
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