lunes, 5 de noviembre de 2012

¿Qué bicicleta comprar a mi hijo?



Esa es una pregunta que se escucha bastante a menudo en un taller de bicicletas, incluso de parte de gente que usa la suya a diario para trasladarse. Preguntan para confirmar sus propias conclusiones o para averiguar estadísticamente qué tipo de bicicleta es la que menos llega para reparación. Y la respuesta es que si su hijo tiene 8, 14 ó más años, la mejor opción es una BMX. ¿Por qué? Porque pensando en usted y su niño, les conviene a ambos.

Pensemos en su niño primero. Si él no tiene nada específico en mente (rutera, dirt, hibrida, etc.) o usted quiere darle una sorpresa, una BMX siempre será bienvenida:

Le hará ver muy bien en su grupo de amigos: porque da un look osado, aún cuando él solo la use para pedalear muy despacio; también hace ver a su dueño más grande, ya que es más pequeña que los demás modelos.


Se adapta a cualquier terreno: y ésto significa no sólo libertad, sino también confianza; su hijo sabrá que aunque no es rápida, ni sirva para andar varios kilómetros, su bicicleta responderá en cualquier superficie.

Es maniobrable: ésta es la mayor ventaja que tiene una BMX al compararla con una bicicleta de montaña: su niño tendrá menos caídas, podrá tomar curvas más cerradas y hará partidas más rápidas. Ganará en todos los juegos.

Ahora pensemos en usted, que está en disposición de hacer un gasto, pero solo uno; no quiere financiar arreglos semanales, no quiere comprar una bicicleta cada año y sobre todo no quiere una bicicleta arrumbada en la bodega después de unos días de uso y a su hijo mirando como se divierten los otros niños, esperando a que le presten alguna bici.
 
Resistencia: la BMX fue diseñada para que personas adultas salten dos metros, hagan piruetas y luego caigan con todo su peso sobre la pobre bicicleta; y eso varias veces al día, durante mucho, mucho tiempo. ¿Creé usted que su inocente pequeñín pueda tratar peor a su bicicleta? Bueno, la verdad es que lo va a intentar:

Cuando baje una cuneta, no lo va a hacer con cuidado.

Va a llevar pasajeros de pié sobre los ejes de las ruedas traseras. A los que reparan bicicletas, les encanta eso, porque cuesta mucha plata, pero para los ejes resistentes de las BMX no es problema.

Girar el manubrio más allá de sus límites echará a perder muchas piezas, especialmente los frenos. Las BMX tienen un sistema de frenos que permiten girar el manubrio en 360° sin problemas.

Pedales y neumáticos más resistentes, 48 rayos por rueda y muchos otros detalles mantendrán la bicicleta de su hijo lejos del taller.

Seguridad: Podría pensarse que el hecho de tener una bicicleta para saltos va a alentar a su niño a hacer acrobacias, pero en realidad eso no es así: depende del niño, no de la bici y si él quiere tratar de hacer piruetas, las hará con lo que tenga a mano, así que es mejor que la bicicleta sea una BMX.

En situaciones normales o extremas, el peso y tamaño de una BMX permite que el ciclista maneje a la bici y no al revés. Con una bicicleta más grande, aún andando a poca velocidad por la vereda, cualquier pequeño percance hará que su hijo caiga y luego la bicicleta caerá sobre él.  Pero con una BMX los riesgos se reducen, además no pueden alcanzar mucha velocidad.

Una buena idea es que lleve a su hijo a algún lugar con gran variedad de cascos, para que él pueda elegir con libertad y así quiera usarlo.

Es adaptable: desde aproximadamente los ocho años un niño ya puede manejar una bicicleta como ésta y no existe una edad tope, ya que adultos bastante crecidos también las ocupan. Así que si su retoño crece 10 centímetros en un mes aún seguirá disfrutando de su BMX.

¿Y para mi hija? Como lo mencioné antes, si su hijo no está pensando en algún modelo específico, una BMX siempre será una agradable sorpresa, pero no trate de sorprender a su princesa. Pregunte primero.

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