Esa es una
pregunta que se escucha bastante a menudo en un taller de bicicletas, incluso
de parte de gente que usa la suya a diario para trasladarse. Preguntan para
confirmar sus propias conclusiones o para averiguar estadísticamente qué tipo
de bicicleta es la que menos llega para reparación. Y la respuesta es que si su
hijo tiene 8, 14 ó más años, la mejor opción es una BMX. ¿Por qué? Porque
pensando en usted y su niño, les conviene a ambos.
Pensemos en
su niño primero. Si él no tiene nada específico en mente (rutera, dirt,
hibrida, etc.) o usted quiere darle una sorpresa, una BMX siempre será
bienvenida:
Le hará ver muy bien en su grupo de amigos: porque da un look osado, aún cuando él solo
la use para pedalear muy despacio; también hace ver a su dueño más grande, ya
que es más pequeña que los demás modelos.
Se adapta a cualquier
terreno: y ésto significa no sólo libertad, sino
también confianza; su hijo sabrá que aunque no es rápida, ni sirva para andar
varios kilómetros, su bicicleta responderá en cualquier superficie.
Es maniobrable: ésta es la mayor ventaja que tiene una BMX al compararla con una
bicicleta de montaña: su niño tendrá menos caídas, podrá tomar curvas más
cerradas y hará partidas más rápidas. Ganará en todos los juegos.
Resistencia: la BMX fue diseñada para que personas adultas salten dos metros,
hagan piruetas y luego caigan con todo su peso sobre la pobre bicicleta; y eso
varias veces al día, durante mucho, mucho tiempo. ¿Creé usted que su inocente
pequeñín pueda tratar peor a su bicicleta? Bueno, la verdad es que lo va a
intentar:
Cuando baje una cuneta, no lo va a hacer con cuidado.
Va a llevar pasajeros de pié sobre los ejes de las ruedas traseras. A
los que reparan bicicletas, les encanta eso, porque cuesta mucha plata, pero
para los ejes resistentes de las BMX no es problema.
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Pedales y neumáticos más resistentes, 48 rayos por rueda y muchos
otros detalles mantendrán la bicicleta de su hijo lejos del taller.
Seguridad: Podría pensarse que el hecho de tener una bicicleta para saltos va a
alentar a su niño a hacer acrobacias, pero en realidad eso no es así: depende
del niño, no de la bici y si él quiere tratar de hacer piruetas, las hará con
lo que tenga a mano, así que es mejor que la bicicleta sea una BMX.
En situaciones normales o extremas, el peso y tamaño de una BMX permite
que el ciclista maneje a la bici y no al revés. Con una bicicleta más grande, aún
andando a poca velocidad por la vereda, cualquier pequeño percance hará que su
hijo caiga y luego la bicicleta caerá sobre él.
Pero con una BMX los riesgos se reducen, además no pueden alcanzar mucha
velocidad.
Una buena idea es que lleve a su hijo a algún lugar con gran
variedad de cascos, para que él pueda elegir con libertad y así quiera usarlo.
Es adaptable: desde aproximadamente los ocho años un niño ya puede manejar una
bicicleta como ésta y no existe una edad tope, ya que adultos bastante crecidos
también las ocupan. Así que si su retoño crece 10 centímetros en un mes aún
seguirá disfrutando de su BMX.
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